Cómo elegir los colores adecuados para una habitación

Es importante tener en cuenta la psicología del color ya que, a pesar de que cada persona es un mundo en cuestión de gustos, existe un patrón en el que la gente reacciona, ante cierto tipo de colores, de una forma generalizada. Primero identifica para qué se va a utilizar el espacio de la habitación y según eso, plantea unos colores que suelen funcionar:

• Azul: Sinónimo de inteligencia, tranquilidad y serenidad. El azul suele ser bueno para dormitorios o para oficinas ya que hace de la habitación un lugar acogedor.
• Verde: Evoca a la naturaleza y a la riqueza. Se dice que ayuda a mantenerse tranquilo.
• Amarillo: Color lleno de energía, optimismo y felicidad. Lo recomendable es pintar de amarillo dónde tenemos que estar activos pero en los que no vamos a pasar demasiado tiempo. A pesar de esto, no es un buen color para pintar una cocina ni para pintar la habitación de bebés ya que, los niños que tienen un cuarto amarillo, lloran más según un estudio.

Las mejores alternativas que tienes para pintar una habitación pequeña son los colores claros para que den sensación de amplitud. El blanco y los tonos pastel son la mejor opción. Esta regla también se aplica a los techos; si pintas el techo de una habitación de un tono claro, se amplían visualmente las dimensiones de nuestro cuarto.

Los colores claros hacen que la luz se refleje mientras que los colores oscuros absorben la luz y hace que las habitaciones parezcan más pequeñas de lo que en realidad son. Intenta, en la medida que puedas, evitar los colores oscuros.

Ten en cuenta el mobiliario que vas a colocar en la habitación o el mobiliario que hay. Procura que el color que elijas para las paredes de la habitación quede bien y/o se complemente con el color que tienen los muebles del cuarto.